El amante bandido

Hijos de la gestación subrogada.

Miguel Bosé y Nacho Palau querían tener descendencia que llevase sus genes. Como a día de hoy es biológicamente imposible recurrieron al alquiler de mujeres para conseguirlo, o más bien, en el colmo de la cosificación, a alquilar sus vientres como si de algo independiente de la propia mujer se tratase. Como son dos hombres, no podían ser genéticamente padres de los mismos hijos, así que la solución fue optar por alquilar a dos mujeres aportando cada uno de ellos su “material genético” a los hijos que estas gestaron. Así, Miguel obtuvo dos hijos y Nacho otros dos, cada uno “de su padre y de su madre”. Es decir que, biológicamente, los hijos de Miguel y los hijos de Nacho nunca han sido hermanos.

Huelga repetir que la gestación subrogada es una práctica prohibida en España (Si queréis más información de cómo se sortea la ley a este respecto podéis leer este artículo) Pero al tener los hijos de cada uno de ellos su material genético, ellos si son los padres aunque los niños no tengan madre legalmente.

Esos cuatro niños (dos de cada uno) se han criado como hermanos y el mediático Miguel Bosé así lo ha predicado a los cuatro vientos en redes sociales, pero él sabía muy bien que legalmente no lo eran y no hizo nada por solucionarlo. Pero ¿podría haberlo hecho? Por supuesto que sí. Los gemelos de Nacho podrían haber sido adoptados por Bosé y los de Bosé por Nacho, y de esta manera, los cuatro serían legalmente hijos de ambos. No lo hicieron, y a la vista de los acontecimientos podemos suponer quien de los dos se opuso y yendo más allá, incluso las razones. Como el propio Bosé diría “Si buscas chico formal, búscate uno más alto”.

Ahora con el “corazón malherido”, Nacho Palau pretendía que la justicia le otorgase a los niños el estatus que sus padres no le quisieron otorgar: el de hijos de ambos y el de hermanos entre ellos. “¿No pensarías que me iba a marchar con las manos vacías por ti..?

Nuestra legislación no recoge estos supuestos porque ni siquiera contempla la legalidad de la gestación subrogada por lo que, aunque se reconoce en la sentencia lo que se denomina la “posesión de estado” (que es la apariencia de que se es padre de una criatura) no puede reconocerse por ello la filiación. Sí se reconoce el derecho de visitas solicitado subsidiariamente por Palau, pero esto es algo que ya viene reconociéndose jurisprudencialmente y que se conoce como el derecho de visitas de allegados.

Nacho recurrirá: “Los chicos no lloran, tienen que pelear”.

¿Y los niños? Pues dos aquí y dos en Miami.

Olvídame tú, que yo no puedo”.

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